Uno de los grandes problemas de las páginas web es que mucha gente crea una y la deja en el olvido, no la actualiza ni en contenido ni en la parte técnica y esto al final se traduce en problemas y la inutilidad de la página. Pasa especialmente en aquellos negocios y organizaciones que no hacen uso de internet en su día a día.
Por lo tanto, si eres de los que no ha actualizado la web desde hace tiempo te encuentres en la duda de qué hacer: actualizar o rehacer. Pero ¿qué implica cada una de estas dos opciones? ¿Cómo saber cuál de las dos opciones es la mejor para cada caso? ¿Cuándo tengo que plantearme cambiar de web?
Actualizar la web: un lavado de cara
Hay estudios que afirman que el 75% de los usuarios juzgan la credibilidad de un negocio basándose en la calidad de su página web. ¿Te parece mucho? Pues piensa cuántas veces cuando descubres o te hablan de un negocio, servicio o producto, acudes inmediatamente a internet a buscar información sobre el mismo, normalmente buscando su web. Es decir que, si tu web es mala, tu negocio a ojos del usuario y posible cliente es malo.
Actualizar una web es básicamente un rediseño de lo que ya hay. Esto viene a ser cambiar códigos de color, agregar elementos visuales, eliminar contenido que ya no es relevante, actualizar fotografías y textos, añadir algún contenido nuevo. Básicamente es un lavado de cara, algo más a nivel estético. Pero no se cambia nada o prácticamente nada a nivel de programación o plataforma. Sería como poner una capa de pintura nueva a tu casa.
En este apartado de actualizar la web no tenemos en cuenta el mantenimiento básico que hay que hacer a toda página web. Actualizar contenido, realizar un mantenimiento técnico actualizando plugins, o realizar copias de seguridad, se entiende que eso es parte del día a día de una web.
Rehacer la web: tirar para volver a levantar
Continuando con el ejemplo de la casa, estaríamos en el caso en el que una capa de pintura no es suficiente para arreglar el problema, el problema está en los cimientos y eso implica una solución mayor.
Rehacer una web es necesario cuando vemos que tiene errores de navegación, es demasiado lenta, cuando el CMS o lenguaje de programación usado se ha quedado obsoleto o no se adapta a la nueva realidad, o cuando añadir alguna funcionalidad nueva supone un verdadero problema. Ocho de cada diez usuarios abandonarán tu web si ven que tiene fallos o no funciona bien.
¿Cuándo tengo que plantearme rehacer mi web?
Uno de los primeros indicadores es el CMS o lenguaje de programación con el que esté construida la web. Es la base de la web, lo que sustenta todo lo demás. Nos hemos encontrado con proyectos en los que la web está construida con un lenguaje de programación muy específico y antiguo y totalmente innecesario hoy día, el actualizar ese tipo de webs suele ser un problema. Otra situación es el que tiene una web, con WordPress por ejemplo, pero que nunca ha actualizado y tiene una versión de hace tiempo, incluso de hace años. Actualizar no es simplemente darle a un botón, suele ser mucho más complejo y normalmente es el principio de muchas incidencias de compatibilidad.
Otra situación común es cuando el CMS que usas se ha quedado pequeño. Por ejemplo, una tienda online que comienza vendiendo con Woocommerce y que crece y crece, en esos casos muchas veces es mejor pasarse a plataformas específicas de venta online como Prestashop o Magento.
Otro motivo para rehacer tu web es para ponerse al día de las últimas tendencias y recomendaciones de uso. Por ejemplo, para tener una web adaptada a dispositivos móviles (responsive). Una web que no se ha creado teniendo en mente su uso en dispositivos móviles es muy complicado adaptarla a posteriori. Recuerda que hoy día casi el 70% del tráfico en internet proviene de móviles.
Añadir funcionalidades avanzadas puede ser otro motivo para plantearte hacer una nueva página web. Por ejemplo, para añadir venta online en tu web, o instalar una pasarela de pago o donación o montar una zona privada con registro de usuarios, son algunas funcionalidades que muchas veces requieren de tocar las tripas de la web y según cómo y cuándo esté hecha la web te obligará a rehacerla de nuevo.
Y una última situación es cuando hay un problema de definición de mensaje o hay que plantear un cambio de estrategia corporativa y eso implica rehacer la estructura de contenido, redefinir textos y contenidos. En esos casos es mejor rehacer y partir de algo limpio que actualizar.
Entonces, ¿actualizar o rehacer?
Una manera de decidirse es basándose en dos variables: tiempo y rendimiento. Si tu web tiene mucho tiempo y no la has ido actualizando seguramente sea hora de rehacerla y ponerla al día. Si ves que tu web es demasiado lenta, que da problemas o fallos de navegación o compatibilidad, no se ve bien en las últimas versiones de navegadores, entonces seguramente sea momento de rehacerla. Si por el contrario tu web funciona como necesita pero simplemente no le gusta visualmente, entonces es probable que solo necesite una actualización.
Hay que tener en cuenta la última variable y muchas veces la más importante: el presupuesto con el que contemos. Mucha gente piensa que rehacer una web siempre será más costoso que actualizarla. No siempre es así. Ten en cuenta que no muchos diseñadores o programadores quieren tocar algo que ya está hecho pues muchas veces pueden aparecer problemas al tocarlo. Y por otro lado actualizar en muchas ocasiones es poner parches que tarde o temprano darán problemas. Por el contrario, rehacer, es posible que salga más caro en el corto plazo pero a cambio tendrá una web nueva, al día y preparada para los próximos años.
Desde Inventiva casi siempre recomendamos rehacer, si te has planteado la necesidad de darle una vuelta a tu web seguramente sea porque está lejos de lo que necesitas hoy día. Contacta con nosotros y te ayudamos a decidir lo mejor para tu proyecto.